Assange, quien se enfrenta a un proceso de extradición a Estados Unidos acusado de 18 delitos relacionados con la Ley de Espionaje y por piratería informática, reveló en 2010 a través de esa página miles de documentos militares secretos del Pentágono sobre las guerras en Iraq y Afganistán.
«Esta acusación sienta un peligroso precedente y amenaza con socavar la Primera Enmienda de Estados Unidos y la libertad de prensa», advirtieron, entre otros, el diario británico The Guardian y el estadounidense The New York Times. En sentido general, los cinco principales medios de comunicación que colaboraron con WikiLeaks en 2010 para publicar esas historias explosivas basadas en cables diplomáticos confidenciales del Departamento de Estado expresaron su opinión en una carta enviada a la administración demócrata.
De acuerdo con el texto, es tiempo de eliminar todos los cargos contra Assange, quien lleva más de tres años languideciendo en una prisión de alta seguridad de Londres.
«Doce años después de la publicación del ‘Cablegate’, es hora de que el Gobierno de Estados Unidos ponga fin a la persecución de Julian Assange por publicar secretos», reza la carta firmada por los directores y editores de The New York Times, The Guardian, Le Monde (Francia), Der Spiegel (Alemania) y El País (España).
Sin dudas, la carta llega en un momento en el que Assange lucha contra el intento de Washington de extraditarlo para juzgarlo por violación de la Ley de Espionaje de 1917.
De ser declarado culpable de todos los cargos, enfrentaría una pena de prisión de hasta 175 años por publicar información clasificada, una práctica periodística habitual, destacó la página en Internet Common Dreams.
Las organizaciones de defensa de la libertad de prensa alertaron que el procesamiento de Assange supondría una amenaza para los periodistas de todo el mundo, un mensaje del que se hicieron eco los cinco periódicos en su carta.
«Obtener y divulgar información sensible cuando es necesario para el interés público es una parte fundamental del trabajo diario de los periodistas. Si ese trabajo se criminaliza, nuestro discurso público y nuestras democracias se debilitan considerablemente», subrayaron.
La filtración del denominado «Cablegate» consistió en más de 250 mil cables diplomáticos confidenciales de Estados Unidos que ofrecían lo que el Times caracterizó como «una visión sin precedentes de las negociaciones en la trastienda de las embajadas de todo el mundo».
Por ejemplo, el 5 de abril de 2010 Wikileaks filtró el vídeo Collateral Murder, que constituyó una narración visual completa de cómo los tripulantes de un helicóptero de combate Apache asesinaron a 12 civiles iraquíes en un suburbio de Bagdad, entre ellos estaba el fotógrafo de la agencia Reuters Namir Noor-Eldeen.
La carta acotó que «la administración de Barack Obama- Joe Biden, en funciones en aquel momento, se abstuvo de acusar a Assange con el argumento de que habrían tenido que acusar también a los periodistas de los principales medios de comunicación.
«Su posición puso en valor la libertad de prensa, a pesar de sus incómodas consecuencias», insistió la misiva.
Sin embargo, bajo la presidencia de Donald Trump, “la posición cambió”, enfatizó el texto al recordar que el Departamento de Justicia “se basó en una vieja ley (de Espionaje de 1917, diseñada para perseguir a potenciales espías durante la Primera Guerra Mundial), que nunca se ha utilizado para procesar a un editor…”.
A pesar de las graves advertencias de los grupos de derechos humanos, el gobierno de Biden decidió seguir con la extradición y eventual procesamiento de Assange.
En junio, el Reino Unido aprobó formalmente la solicitud de entrega a la justicia estadounidense, incluso después de que un juez señalara que la medida pondría en peligro la vida de Assange.
Su equipo legal presentó un recurso en agosto, alegando que el fundador de WikiLeaks está «siendo perseguido y castigado por sus opiniones políticas».
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