Las conclusiones son realmente sorprendentes, pues de acuerdo con los investigadores del servicio meteorológico nacional la temperatura promedio aumentó 1,7°C con respecto a 1900, mientras que los meses de mayo (con un déficit hídrico de 60 por ciento) y julio de 85 fueron los más secos registrados desde que comenzaron las mediciones en 1959.
Las olas de calor también fueron excepcionales con un máximo de 33 días de ola de calor, superándose “la marca de 40°C en el norte de Finisterre, que nunca había experimentado temperaturas tan altas”, explicó Matthieu Sorel, climatólogo de Météo France.
Estos episodios excepcionales de verano se atribuyen al cambio climático antropogénico, según Météo France, y de acuerdo con las simulaciones realizadas para determinar si esta olas de calor se deben al calentamiento global los científicos señalaron que “habrían sido muy improbables y mucho menos intensas sin el efecto del cambio climático”.
Entre mayo y agosto de 2022 la anomalía de la temperatura media alcanzó los 3,78°C, un episodio que es 500 veces más probable debido al cambio climático, según los expertos, quienes advirtieron que “este año excepcional se convertirá en la norma en 2050”.
Con respecto a las precipitaciones señalaron que para 2022 se prevé un déficit hídrico de entre el 15 y el 25 por ciento, después de la fuerte sequía que sobre todo en los meses de mayo y julio afectó a las tres cuartas partes del territorio continental.
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