Según el “Informe Mundial sobre Salarios 2022-2023: El impacto de la inflación y de la COVID-19 en los salarios y el poder adquisitivo”, los salarios mensuales disminuyeron en términos reales de 0,9 por ciento en la primera mitad de 2022.
En un análisis por regiones, en América del Norte (Canadá y Estados Unidos), el crecimiento medio del salario real llegó a cero en 2021 y bajó a menos 3,2 por ciento en el primer semestre de 2022.
Mientras, en América Latina y el Caribe, este indicador descendió a menos 1,4 por ciento en 2021 y menos 1,7 por ciento en el primer semestre del año en curso.
Del otro lado del mundo, en la Unión Europea, el crecimiento del salario real aumentó de 1,3 por ciento en 2021 y descendió a menos 2,4 por ciento en 2022; y en Europa Oriental, se ralentizó situándose en 3,3 por ciento en 2021, y menos 3,3 por ciento de enero a junio de este año.
Por su parte, en Asia y el Pacífico aumentó hasta 3,5 por ciento en 2021 y ralentizó hasta situarse en 1,3 por ciento en el primer semestre de 2022; y en Asia Central y Occidental, registró un fuerte crecimiento de 12,4 por ciento en 2021, pero desaceleró hasta llegar a 2,5 por ciento luego.
En África, los datos sugieren una caída del crecimiento del salario real de menos 1,4 por ciento en 2021 y un descenso hasta menos 0,5 por ciento hasta junio del año actual.
En los Estados Árabes, las estimaciones señalan un bajo crecimiento de 0,5 por ciento en 2021 y de 1,2 por ciento en 2022.
Con estas cifras, es la primera vez en este siglo que el crecimiento del salario real global resulta negativo, por lo que se redujo el poder adquisitivo de la clase media y se afectaron particularmente los hogares de bajos ingresos, acotó el estudio anual de la OIT.
La investigación mostró que el aumento de la inflación y del costo de la vida afectó en mayor medida a las personas de salarios más bajos, “pues esta parte de la población suele invertir gran parte de su renta disponible en bienes y servicios esenciales que experimentaron las mayores subidas”.
En función de ello, el informe insiste en la necesidad urgente de aplicar medidas políticas bien diseñadas dirigidas a sostener el poder adquisitivo y los niveles de vida de los trabajadores asalariados y de sus familias.
Según el Director General de la organización, Gilbert F. Houngbo, las múltiples crisis mundiales a las que nos enfrentamos provocaron un descenso de los salarios reales.
“Esto colocó a decenas de millones de trabajadores en una situación desesperada, ya que se enfrentan a una incertidumbre cada vez mayor», insistió.
Alertó además que la desigualdad de ingresos y la pobreza aumentarán si no se mantiene el poder adquisitivo de los peor pagados.
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