Barkin señaló que los hogares mantienen unos 1,3 billones (millón de millones) de dólares más en ahorros que antes de la pandemia, con una oferta de mano de obra restringida.
A su vez, agregó que el estímulo fiscal de un reciente paquete de infraestructuras aprobado por el Congreso supone un nuevo obstáculo para que el banco central estadounidense logre reequilibrar la demanda.
Un menor número de trabajadores limitaría el crecimiento y presionaría la inflación hasta que las empresas y los gobiernos ofrezcan mejoras de productividad o estructurar incentivos para incorporar más trabajadores a la fuerza laboral, aseguró Barkin.
Asimismo, enfatizó que unido al aumento de los costos de los préstamos es necesario una ralentización del crecimiento del empleo para crear condiciones que suavicen la demanda en toda la economía.
En ese sentido, la autoridad monetaria apuntó que ello devolvería el ritmo de aumento de los precios de acuerdo con el objetivo de la Fed del dos por ciento.
El banco central estadounidense subió su tasa de interés oficial a partir de marzo, desde cerca de cero hasta un 3,75- 4,0 por ciento, en su intento de reducir la elevada inflación en el país.
La publicación de un reciente informe gubernamental sobre el empleo evidenció que los empresarios estadounidenses aumentaron los salarios y contrataron en noviembre más trabajadores de lo previsto, en medio de preocupaciones por una recesión.
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