Refuerzos militares enormes y sin precedentes se dirigieron hacia la ciudad de Ain Issa en Raqa e incluyen tanques modernos, piezas de artillería, lanzacohetes, vehículos de transporte de tropas y camiones cargados con material bélico y logístico, informaron activistas citados por el diario al-Watan.
Por otro lado, convoyes de las fuerzas sirias llegaron a las línea del frente con el ejército turco y las milicias locales que apoya, en las áreas de Manbej y Ain al-Arab, al noreste de Alepo, que Türkiye amenaza con invadir bajo el pretexto de eliminar las llamadas Fuerzas Democráticas de Siria (FDS).
Según las fuentes, otras fuerzas tomaron posiciones en las líneas de contacto en la localidad de Tal Tamr en el noroeste de Hasakeh, donde el ejército sirio había establecido previamente puntos militares.
Por otro lado, una cautelosa calma reina por cuarto día consecutivo en todas la zonas del norte sirio que fueron blancos de los bombardeos turcos.
Reportes de prensa indicaron que el comandante de las Fuerzas Rusas que operan en Siria, el teniente general Alexander Chaiko, llegó a la ciudad de Qamishli para negociar con los comandantes de las FDS con el fin de llegar a un acuerdo que evite un operativo turco y restablece la autoridad del estado en la zona.
Türkiye inició el pasado día 27 de noviembre, una operación aérea denominada Garra-Espada contra las milicias kurdas en las provincias sirias de Alepo, Raqa y Hasakeh, en respuesta por el atentado en Estambul ocurrido el 13 de noviembre, en el que murieron seis personas y 81 resultaron heridas.
Ankara califica de terroristas a las llamadas FDS y bajo el pretexto de eliminar a esta agrupación, los militares turcos y agrupaciones armadas ilegales controlan desde 2018 extensas áreas en las provincias sirias de Idlib, Alepo, Raqa y Hasakeh.
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