Según la tevisora autoridades del estado norteamericano activaron la Guardia Nacional para preparar la respuesta ante el fenómeno, pues la roca fundida fluye desde hace varios días hacia la autopista Daniel K. Inouye y amenaza con cerrar al menos parte de la ruta que une los lados este y oeste de la isla.
El gobernador David Ige comentó que obstruir la carretera alargaría los viajes de los residentes por horas, creando “un tremendo inconveniente”.
Hasta la víspera, la lava estaba a unos 3,5 kilómetros de la vía, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos, y por el ritmo al que se mueve resulta impredecible determinar cuánto demorará en llegar a la calle, en caso de que lo haga.
Durante el último día, la lava avanzó hacia la autopista a una velocidad de 7,5 metros por hora, una reducción desde los más de 20 metros por hora registrados durante el fin de semana, precisó el estudio geológico.
Mauna Loa entró en erupción el 27 de noviembre pasado, y antes de eso lo estuvo en 1984, cuando su lava llegó a poco más de siete kilómetros de Hilo, el centro poblacional más grande de la isla.
También el cercano Kilauea está en erupción desde el año pasado, y ambos forman parte del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, que permanece abierto.
Los funcionarios instaron al público que esté alerta a los peligros potenciales que representa la emisión violenta en la superficie terrestre para la calidad del aire, perjudicial sobre todo para aquellos con afecciones respiratorias.
Mauna Loa está alrededor de cuatro mil metros sobre el nivel del mar y cubre la mitad de la isla de Hawái.
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