En un artículo de opinión intitulado «Irán, Rusia, China: Una Triada para un Mundo Multipolar», el experto en asuntos internacionales Pablo Jofré muestra los objetivos de ese eje político en favor de una mirada diferente a la opción unipolar promovida por Occidente.
El eje Beijing-Moscú-Teherán, gigantesco en términos demográficos, con una población en conjunto de más de mil 500 millones de habitantes, según el analista.
Califica a la alianza como enorme, al mostrar datos que apuntan a las potencialidades geográficas, con 29 millones de kilómetros cuadrados, y una economía que en conjunto representa el 22 por ciento del Producto Interno Bruto mundial.
Además, con dos de sus integrantes, China y Rusia, parte componente del exclusivo club nuclear y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el respectivo derecho a veto.
El nuevo «eje» está dotado, igualmente, de un poderío militar capaz de contrapesar, en las áreas de disputa, en el campo naval, terrestre y aéreo, a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), agregó.
Esa consideración «es así reconocida por altos mandos de la Alianza noratlántica y los propios análisis de los Think Tanks (tanques pensantes), vinculados tanto a la OTAN como al Pentágono», abunda Jofré.
«Rusia, China e Irán han generado una diplomacia activa», afirma al explicar que no se trata de una política que se haya levantado de la noche a la mañana, sino que se basa en las decisiones adoptadas para la supervivencia, incluso frente a amenazas terroristas en su contra.
La alianza antihegemónica tiene elementos concretos y multimillonarios en materia de acuerdos energéticos, tecnológicos, militares, reflexiona y cita un contrato de venta de gas ruso a China por 400 mil millones de dólares, que contó con la presencia de Irán durante la rúbrica.
Además, señala conversaciones entre los tres estados para el trabajo conjunto, no sólo en la venta de gas y petróleo, sino también en el financiamiento de proyectos de explotación, construcción de puertos, ferrocarriles e incluso sistema de prospección de hidrocarburos.
«Es hora de dar un vuelco y un buen comienzo es generar pesadillas a los poderes hegemónicos y si ello es triple, mucho mejor, aunque los medios occidentales traten de minimizarlo», comentó.
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