Un total de 22 personas, entre ellas tres mujeres, fueron castigadas en el estadio Mariscal Dostum de la ciudad de Shebergan, la capital de Jaujzan, según fuentes locales bajo condición de anonimato al diario Hasht e Subh.
Otras seis personas, entre ellas dos mujeres, fueron azotadas en el mercado de Sherwani, provincia de Kapisa.
Según las normas de los talibanes, se aplican a cada condenado entre 30 y 50 latigazos por motivos tales como robo, adulterio o simplemente huir de casa.
La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos se declaró a finales de noviembre «consternada» por las informaciones sobre el uso de los latigazos como castigo público desde el retorno del régimen al poder político en Afganistán.
El líder del Talibán, el mulá Hebatulá Ajundzada, ordenó recientemente a los jueces de Afganistán que apliquen en su integridad la ley islámica contra quienes cometan una serie de delitos que podrían ser castigados incluso con amputaciones públicas o lapidaciones por delitos como el robo, el secuestro o sedición.
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