Según informó Roscosmos, todo parece indicar que la nave soyuz fue impactada por un meteorito, lo que provocó que se dañaran algunas estructuras, destacó este lunes la agencia de noticias Sputnik.
El 15 de diciembre, trascendió que el sistema de refrigeración de la nave, enganchada a la EEI desde septiembre, había sido dañado posiblemente por el impacto de un micrometeorito, lo que elevó a 30 grados la temperatura interior.
Tenemos otra nave espacial en Baikonur, es la Soyuz MS-23, señaló la oficina de prensa de la corporación, y según los protocolos, Roscosmos podría enviar una nave de reserva a la EEI 45 días después de producirse una emergencia, si llegara el caso.
El personal de la corporación detectó el lugar del posible daño con ayuda de las imágenes enviadas por la cosmonauta rusa Anna Kíkina.
Más temprano, Roscosmos comunicó que la temperatura dentro de la Soyuz MS-22 estaba volviendo a los niveles admisibles gracias a la actuación de los expertos del Centro de Control de Vuelos Espaciales ruso.
Actualmente se encuentran en la EEI los rusos Serguéi Prokópiev, Dmitri Petelin y Anna Kíkina, los estadounidenses Francisco Rubio, Josh Cassada y Nicole Mann, y el japonés Koichi Wakata.
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