En la jornada de ayer, alrededor de 10 mil personas del personal de enfermería del Servicio Nacional de Salud (NHS) de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte fueron a huelga por segunda vez en menos de una semana.
Durante la jornada se espera que el personal de ambulancias se una a las quejas por los salarios y la presión sobre el sistema de salud público.
Según el NHS, el paro laboral preocupa a los jefes de hospitales, pero los servicios mínimos de urgencia seguirán disponibles, y llamaron a los ciudadanos usarlos con prudencia y solo en caso de necesidad vital.
En Inglaterra, ocho de los diez principales servicios de ambulancias declararon accidentes críticos debido a la presión a la que están sometidos, mientras el tiempo de respuesta es el doble que hace dos años, según medios locales.
Del mismo modo, se espera que sucedan irregularidades debido a la huelga de paramédicos, personal de administración, auxiliares de urgencias y técnicos en el resto del país.
Mientras, desde el Gobierno insisten a los ciudadanos a extremar las precauciones durante esta jornada y evitar desplazamientos innecesarios en coche o realizar deportes de contacto, al tiempo que casi 800 miembros de las fuerzas armadas son reclutados para solventar el paro sanitario.
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