En un comunicado al cual tuvo acceso Prensa Latina, la Fundación Francisco Alberto Caamaño y la familia del este, fijaron su postura sobre la mencionada acta a casi 50 años del fallecimiento del expresidente de la República, en la cual se establece que la causa de muerte fue homicidio por impacto de bala.
Según el documento, Vicenta Vélez, excompañera del héroe, destacó que el pueblo dominicano debe saber la importancia de la referida acta de defunción, porque pasaron 50 años para certificar la muerte de Caamaño, “situación histórica”.
“En ese documento se establece que murió por homicidio por impacto de bala, lo cual quiere decir fue un crimen, porque en este país no hay fusilamiento ni pena de muerte. Si murió herido de un balazo fue un crimen de Estado y debe establecerse quiénes fueron, cómo fue y lo hecho para cometerlo”, argumentó.
“Es hora ya de que, si este país está cambiando, comencemos a hacer justicia con los hombres y mujeres las cuales dieron sus vidas, e hicieron un esfuerzo para llegar a donde estamos ahora”, sentenció.
Por su parte, el político y funcionario dominicano Claudio Caamaño, precisó como el Estado es solidariamente responsable por el crimen, del que tardó casi medio siglo en oficializar.
“Francisco Alberto Caamaño fue capturado vivo y era un prisionero de guerra, protegido por la Convención de Ginebra, y se le ejecutó. El Estado dominicano lo asesinó y hay que hacer justicia, no solo penal, sino también histórica”, indicó.
Finalmente, resaltó que los crímenes de Estado son imprescriptibles, por lo tanto, la familia está en conversaciones con abogados para determinar el accionar, el cual de principio incluye un acercamiento al Ministerio Público y el Poder Ejecutivo para ver si el Estado se aboca a conocer el caso, de lo contrario, recurrían a instancias internacionales.
Además, abogó por crear en el país un tribunal de la verdad, argumentando que no se ha hecho justicia con muchos casos como el asesinato de las hermanas Mirabal, del periodista Orlando Martínez, y con los crímenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo y del exmandatario Joaquín Balaguer.
El destacado luchador fue líder de la Revolución Constitucionalista del 24 de Abril de 1965, presidente de la República Dominicana en Armas y enfrentó a las tropas intervencionistas norteamericanas que invadieron Quisqueya.
Se erigió en el jefe de la gesta guerrillera de Playa Caracoles de 1973 y el hombre que enarboló el sentir de quienes deseaban una patria libre, y en ese empeño murió asesinado en las montañas de la Cordillera Central de esta nación 13 días después de desembarcar en tierra dominicana.
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