Según el jefe de las Tropas de Protección Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas rusas, Ígor Kirillov, Moscú mostró en Ginebra que, con el apoyo de Washington, Ucrania trabajó con armas biológicas e investigó agentes patógenos de infecciones altamente peligrosas.
Además, Kirillov señaló que los argumentos presentados por Moscú incluían vídeos con la postura de expertos rusos y de otros países, así como testimonios de testigos presenciales y participantes en programas de la Oficina de Reducción de Amenazas Militares del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Uno de ellos es Richard Bosher, exempleado del Instituto de Investigación del Ejército norteamericano, que confirmó además que en los biolaboratorios ucranianos financiados por el Pentágono se trabajó con patógenos peligrosos, afirmó.
El especialista subrayó que la declaración de Rusia hizo reflexionar a muchos países sobre los riesgos de cooperar con Washington en la esfera biológico-militar y reconsiderar la necesidad y conveniencia de dicha colaboración.
Kirillov agregó que, según la información disponible, el Pentágono está transfiriendo activamente la investigación que no se ha completado en el marco de los proyectos ucranianos a Estados de Asia Central y Europa del Este.
Al mismo tiempo, se intensifica la cooperación del Departamento de Defensa estadounidense con Estados de África y de la región Asia-Pacífico como Kenya, Cambodia, Singapur y Tailandia, declaró ese alto funcionario.
Según Kirillov a los militares estadounidenses les interesan especialmente los Estados que ya disponen de laboratorios con un alto nivel de aislamiento biológico.
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