Si bien para el gobierno del presidente Guillermo Lasso hay logros en materia económica, la ciudadanía no palpa esos avances en sus bolsillos ni tampoco en su bienestar social cotidiano.
Esta semana el ministro de Economía, Pablo Arosemena, se mostró optimista al mencionar la creación de 350 mil empleos.
Sin embargo, datos recientes del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos refieren que tan solo el 35,6 por ciento de la población económicamente activa tiene un trabajo adecuado, o sea, la gran mayoría obtiene sus ingresos en la informalidad, sin garantías legales.
Otros números evidencian las contradicciones entre lo que para el Ejecutivo es un logro y la realidad.
Por ejemplo, el aumento de las remesas, que en 2022 sobrepasaron los cuatro mil millones de dólares, constituye un reflejo del éxodo de ecuatorianos empujados a rutas migratorias inciertas ante los problemas económicos y la inseguridad.
Igualmente, el Gobierno está orgulloso de que ocho de cada 10 familias se beneficien de un bono social, cuando antes eran dos de cada 10, algo que indica el alza de la pobreza.
Este año la deserción escolar también creció y más del 4,1 por ciento de los niños y adolescentes del país abandonaron las aulas, conforme a cifras del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), e incluso algunas escuelas llegaron a suspender las clases por la inseguridad.
A esa situación se suma la desnutrición infantil, que afecta a uno de cada tres menores y para combatirla el Gobierno impulsa un plan con un presupuesto de 350 millones de dólares.
En cuanto a la salud son disímiles las dificultades contadas por los ecuatorianos, en su mayoría asociadas a la falta de medicinas e insumos como consecuencia de la baja inversión en ese sector detectada en la Asamblea Nacional al analizar la ejecución presupuestaria.
Los bancos privados, en contraste, aumentaron en un 48 por ciento sus ganancias con ingresos de 603 millones de dólares, informó la Superintendencia de Bancos.
Paralelamente, Ecuador cierra 2022 con una tasa de 25,09 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, lo que representa el mayor cifra en las últimas décadas.
Un centenar de reclusos murieron a lo largo de los últimos 12 meses en masacres carcelarias y casi 280 mujeres resultaron víctimas de femicidios pese a los reclamos de implementar políticas públicas integrales para frenar la ola de violencia.
El ministro del Interior, Juan Zapata, detalló que el 83 por ciento de los homicidios intencionales están relacionados con el narcotráfico y los grupos de delincuencia organizada.
No obstante, pese a las disímiles problemáticas que enfrenta el país, los ecuatorianos despedirán esta noche el 2022 con fiestas, tradiciones, y la esperanza de que el venidero año sea mejor.
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