De acuerdo con ese estudio, de esa cantidad de personas, el 17 por ciento son menores de edad (41 mil 200), una población vulnerable a enfermedades y la hostil geografía de esa vía.
La de este año es una cifra inédita, que además dobla la cantidad de irregulares que pasaron por Panamá en 2021 en su tránsito hacia Estados Unidos.
En ese periodo, los 133 mil 726 viajeros superaban los 109 mil 293, que representaban todos los irregulares que habían transitado por el istmo en la década de 2010-2019.
El grueso de los migrantes provienen de Sudamérica (189 mil 514), mientras que de las Antillas se contaron 29 mil 338, de Asia 13 mil 251 y de África unos 11 mil 945, según los registros del SNM.
El paso de migrantes por la selva darienita está causando afectaciones al medio ambiente, tal como lo indican las evidencias de que la trocha se ha engrosado y la basura se acumula de forma importante que rebasa la capacidad de las autoridades.
La migración irregular se ha transformado en un negocio para los grupos criminales que cobran pasajes, comisiones, extorsionan, se aprovechan de la vulnerabilidad de los viajeros. Esta situación ha cambiado el debate de una migración irregular a una ordenada y segura.
El Gobierno panameño ha sido promotor de que la discusión sobre este tema se eleve a la Organización de las Naciones Unidas, el ente que protege este derecho, debido a las consecuencias que representa el paso de migrantes irregulares a través de la jungla fronteriza con Colombia.
Sobre las políticas migratorias para este año, la directora del SNM, Samira Gozaine, adelantó que la Cancillería está siendo agresiva con el asunto de que Darién es un parque protegido desde 1988 por la Unesco y que el daño ecológico que está recibiendo la selva es considerable.
De otra parte, dijo, se han intensificado el enfrentamiento y la denuncia a nivel internacional de la trata de personas que se está dando en esta travesía, en la que los viajeros pagan hasta 15 mil dólares por ser llevados hacia los Estados Unidos. mem/ga
