Para el ministro de Economía, Jeremy Hunt, las erogaciones del Estado por unos 18 mil millones de libras esterlinas (unos 21 mil 600 millones de dólares) son «sustancialmente excesivas» e insostenibles por un plazo de más de seis meses, destacó el periódico The Guardian.
Reino Unido, que ayer anunció la suspensión de las compras de gas licuado a Rusia (4,0 por ciento de lo necesario para este país), aboga por un boicot total de la adquisición de gas y petróleo de ese país euroasiático.
La prensa local consideró que, precisamente, esa política puesta en práctica por los gobiernos conservadores de turno en 2022 provocó una subida de precio de los combustibles y una inflación, que pasó de 2,0 por ciento en 2021 a casi 11 puntos a fines del pasado año.
Tal situación llevó a trabajadores de sectores, como los del servicio de salud, ferroviario y de postales, así como de la policía de fronteras, entre otros, a realizar paros en demanda de mejoras sociales.
Hunt estimó que cualquier respaldo financiero futuro del Ejecutivo para compensar las pérdidas por el alza de los energéticos será menor y ello para nada tiene relación, aclaró, con el descenso del precio de los combustibles como el gas en un inicio leve de este invierno.
Para la semana próxima se espera que el Ministerio de Economía presente ante la Cámara de los Comunes (Cámara Baja) el resultado de una revisión de la ley de «alivio energético», dirigida a compensar al empresariado por la subida de precios de los combustibles.
Reino Unido se unió a las miles de medidas punitivas unilaterales aplicadas por potencias occidentales contra Rusia, después que el presidente Vladímir Putin anunció el pasado 24 de febrero el inicio de una operación militar especial en Ucrania.
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