Nuestro principal objetivo es recuperar el espíritu deportivo de los certámenes y defender a nuestros atletas de presiones psicológicas, comentó la vocera del ministerio ruso de Asuntos Exteriores, María Zajarova.
De acuerdo con la portavoz, se coordinan acciones con el ministerio de Deporte para garantizar la participación sin problemas de los deportistas nacionales en el citado evento.
La embajada rusa en Italia envió sendas notas oficiales a la dirección del consejo de ministros y a la Cancillería de ese país europeo. En ambos casos se demanda una explicación convincente de lo que ocurre con los atletas rusos en territorio italiano.
El cuerpo de carabineros de la nación peninsular habría actuado a petición de la Unión Internacional de Biatlón (IBU), la cual alegó sospechas de dopaje en el caso de Loginov.
Nos trataron como delincuentes, se quejó Leginov, quien ya cumplió un castigo de descalificación por dos años, después de un supuesto caso de empleo de estimulantes.
En el registro, la policía revisó el fusil deportivo y confiscó la computadora y el teléfono móvil, aclaró.
La embajada rusa envió una nota oficial al consejo de ministros de Italia y a la Cancillería de esa nación, en los cuales exige, por separado, una explicación de lo ocurrido con los deportistas rusos.
En el departamento de policía de la región italiana de Balsano, los carabineros explicaron, además, que el asunto estuvo vinculado a problemas con la acreditación de Alexander Kasperovich, entrenador de Loginov y quien se acreditó con otra identificación.
La Unión de Biatlón de Rusia considera que la IBU ideó el registro para crear una presión psicológica del mencionado deportista que compite esta jornada en el citado evento mundial.
Rusia fue acusada por la Agencia Internacional Antidopaje de suministrar estimulantes a sus deportistas de forma centralizada y sistemática, algo que Moscú rechaza categóricamente y denuncia motivaciones políticas de fondo en ese caso.
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