Esta semana el sector ferroviario ya realizó otras jornadas de reclamos al igual que sucedió a finales de 2022, pero hasta el momento no existe un acuerdo con las 14 empresas operadoras de los servicios y la gestora estatal Network Rail.
El jueves también se alzaron al paro los conductores de ferrocarril adheridos al sindicato Aslef, así como los agentes de autopistas y examinadores de conducción.
Las huelgas se extienden desde junio cuando el sindicato RMT convocó al mayor paro del sector en 30 años, con la solicitud de incrementos salariales en torno al 7,0 por ciento para afrontar la inflación pero la gestora solo ofrece un 5,0 por ciento, aún menos las operadoras privadas.
Además, los trabajadores se oponen al empeoramiento de sus condiciones contractuales y a los miles de despidos que se derivarán de la abolición prevista de las taquillas y los inspectores de trenes.
Varios sectores económicos que también se alzan en paro se darán cita con el Gobierno, pero algunos de sus líderes sindicales desconfían del encuentro al considerar que se abordará un polémico proyecto de ley que podría limitar sus derechos de manifestarse.
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