La reunión se realizará en su sede en la ciudad saudita de Jeddah y en la misma se debatirá en torno al aumento de las tensiones en Levante luego que el nuevo ministro de seguridad de extrema derecha de Israel, Itamar Ben-Gvir, fuera a ese sitio sagrado del islam.
Conocido por sus posiciones racistas y antiárabes, el ministro desató la ira de los palestinos al recorrer junto a algunos colonos ultranacionalistas la mezquita, en la ciudad vieja, en la parte oriental de la metrópoli, ocupada por el Ejército de Israel durante la guerra de 1967.
La Asamblea de Ulemas Musulmanes, la Conferencia Árabe General y el Movimiento Amal, repudiaron el hecho y en esa misma línea se pronunciaron varias naciones de la región y el mundo, por considerarlo una ofensa.
Tel Aviv persiste en sus violaciones de las santidades lo cual constituye un insulto de los sentimientos de musulmanes y cristianos y sus creencias y santidades, denunciaron las organizaciones y gobiernos levantinos.
El Consejo de Seguridad de la ONU expresó su preocupación el jueves y enfatizaron la necesidad de mantener el statu quo en el recinto de la mezquita de Al-Aqsa.
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