Según el vocero de la presidencia rusa, el hecho de que la alianza atlántica y Washington participan en el conflicto es cada vez más evidente, aunque subrayen que de ninguna manera van a convertirse en parte directa del conflicto.
Sin embargo, de hecho, ya son parte indirecta de las hostilidades, pues saturan a Ucrania de armas e informaciones que usan contra el ejército ruso.
La víspera, el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Pátrushev, afirmó en una entrevista con el periódico AiF que «los sucesos en Ucrania no son un choque entre Moscú y Kiev, sino representan una confrontación militar de la OTAN y, sobre todo, de EEUU y el Reino Unido, con Rusia».
Peskov recalcó que el Kremlin, por su parte, tiene otra opinión al respecto, y agregó que Moscú lo documenta cuidadosamente y que «no es otra cosa que la participación indirecta de esos países en el conflicto».
Igualmente el vocero del Kremlin advirtió que las capacidades de combate de las armas suministradas son cada vez más amenazadoras, y se intensifica el proceso de entrenamiento de los militares ucranianos.
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