El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional confirmó anoche señales de tremor asociadas a la emisión de gases y material volcánico desde el interior del cráter.
Vecinos de los alrededores del Parque Nacional Cotopaxi, donde está ubicado el coloso, reportaron una caída leve de cenizas, cuyos efectos disminuyeron gracias a las lluvias de los últimos días en la zona.
Ante la permanencia del actual proceso eruptivo, la capital del país y su Secretaría de Seguridad probarán este jueves los sistemas sonoros de alerta en los Valles de Tumbaco y Los Chillos, dos de los barrios más poblados del sur de Quito.
Como parte de las acciones de preparación, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias publicó un nuevo portal de información sobre lugares seguros y rutas de evacuación en caso de una erupción.
Ubicado a unos 45 kilómetros al sureste de Quito, el Cotopaxi es considerado uno de los volcanes más peligrosos del país por su estilo eruptivo, relieve, cobertura glaciar y por la cantidad de población en riesgo.
Situado en la cordillera de los Andes, ese es el segundo pico más alto del país, con cinco mil 897 metros sobre el nivel del mar, y su anterior despertar ocurrió el 14 de agosto de 2015, tras haber estado inactivo por 138 años.
Desde el 22 de octubre ese volcán se reactivó y, en consecuencia, las autoridades declararon alerta amarilla en sus áreas de influencia, incluida Pichincha, provincia donde se encuentra la capital ecuatoriana.
Con los episodios registrados en los últimos meses, se prevé que la actividad se mantenga así por semanas o meses, pero cualquier cambio puede presentar posibles amenazas para los millones de ecuatorianos residentes en la zona.
A su vez, los volcanes Sangay y Reventador, situados también en la cordillera andina, expulsaron cenizas en las últimas horas.
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