Jesús López, abogado defensor de la familia de Bernal, contó que este jueves, cuando el acusado amplió su versión de lo ocurrido el 11 de septiembre del año pasado, aseguró haber estrangulado a la joven de 34 años y declaró que no tuvo cómplices.
El crimen, según el detenido, tuvo lugar luego de una acalorada discusión de la pareja en el interior de la Escuela Superior de Policía, en Quito, y luego, sin ayuda, llevó el cuerpo en su carro hasta el cerro Casitagua, donde fue hallado 10 días después.
Mientras transcurría la declaración de Cáceres en la cárcel La Roca, prisión de máxima seguridad ubicada en Guayaquil, en las afueras del centro penitenciario activistas y Elizabeth Otavalo, madre de María Belén Bernal, exigían justicia.
La defensa de Otavalo considera que Cáceres oculta información, pues no los convence que haya actuado solo.
Otavalo, por su parte, comentó que ella vio cuando sacaron de la tierra el cuerpo de su hija, aseguró haberlo tocado y, según ella, pese a que habían pasado 10 días del femicidio, no olía mal ni estaba en descomposición.
El exteniente de la Policía Nacional, principal sospechoso del asesinato, estuvo prófugo de la justicia en Colombia durante más de tres meses y fue capturado el pasado 30 de diciembre en esa nación vecina.
Este caso causó una gran conmoción en la sociedad ecuatoriana, impactó la política y provocó cuestionamientos sobre la formación de uniformados, pues el asesinato tuvo lugar evidentemente dentro de la Escuela Superior de Policía, donde trabajaba Cáceres.
El hecho sacó a la luz también la situación de la violencia de género en Ecuador, donde en el año 2022 hubo más de 270 femicidios contabilizados solamente hasta noviembre, indican estadísticas de organizaciones sociales.
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