“Se sentará en los paneles”, dijo el republicano, si bien Santos recibió varias peticiones de dimisión de miembros del Partido Demócrata y de las propias filas conservadoras.
En la pasada semana McCarthy señaló que el representante no debería formar parte de ninguna de las principales comisiones de la Cámara Baja, como las de Apropiaciones, Medios y Arbitrios, Servicios Financieros y Energía y Comercio, pero dejó entrever la posibilidad de que fuera incluido en otros grupos.
Santos sigue en el centro de la polémica en el Capitolio tras las revelaciones de que mintió en partes de su currículum y biografía, incluida información sobre su educación y trayectoria laboral.
El miembro del Parlamento declaró que era culpable de “embellecer” su historial, pero comentó que no tiene planes de abandonar el Congreso, recordó el diario The Hill.
Por su parte, McCarthy continúa sin exigir al legislador que renuncie a su escaño, pues refiere que “los votantes del Tercer Distrito Congresional de Nueva York le enviaron a Washington para servir”.
Sin embargo, el presidente republicano del condado neoyorkino de Nassau, Joseph Cairo, y el representante del propio partido Anthony D’Esposito, solicitaron su dimisión, al argumentar que su campaña fue de engaños y mentiras.
“Él no tiene lugar en el Comité Republicano del Condado de Nassau, ni debe estar en el servicio público ni como funcionario electo. No es bienvenido en la sede republicana para reuniones o en ninguno de nuestros eventos. Ha deshonrado a la Cámara de Representantes”, expresó Cairo.
El pasado domingo, los legisladores demócratas de Nueva York Dan Goldman y Ritchie Torres solicitaron a los líderes republicanos de la Cámara Baja cooperar con las investigaciones sobre el representante.
En una carta hicieron referencia a un informe reciente del periódico The New York Times que detalla el conocimiento de figuras conservadoras sobre las falsas afirmaciones de Santos antes de las elecciones de medio término del 8 de noviembre del pasado año, en las que ganó el asiento en el Congreso.
“Una cosa es que un candidato induzca a los votantes a apoyarlo basándose en una red de mentiras. Pero es algo completamente diferente si los niveles más altos del liderazgo republicano sabían sobre las mentiras durante la campaña y eligieron ser cómplices”, escribieron Goldman y Torres.
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