El envío está formado por ocho cazabombarderos Sukhoi Su-25 y dos Albatross L-39 y es parte de una secuencia de acuerdos similares entre Moscú y Bamako.
La ayuda llega meses después que las autoridades castrenses de Mali expulsaron al contingente militar francés estacionado en el país a cuyo mando acusó de apoyar a los grupos islamistas y de complotar para derrocarlas.
En envíos anteriores las Fuerzas Armadas de este país africano recibieron helicópteros Mi-8 de fabricación rusa, diseñados para misiones de transporte, pero con versatilidad capaz de adaptarlos a tareas de protección de las tropas terrestres.
El refuerzo logístico pone al Ejército maliense en mejores condiciones para enfrentar a los grupos armados islamistas que controlan zonas del norte y el centro del país y en los últimos meses tratan de expandir su presencia al sur.
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