A principios de este mes, la Cámara Baja vivió la contienda más larga para elegir a un presidente en 164 años, al final Kevin McCarthy se alzó con el mazo, pero solo después de hacer varias concesiones al Freedom Caucus (Caucus de la Libertad), un grupo de congresistas ultraconservadores.
Aunque no todos los miembros de esa ala del Partido Republicano (GOP) en el hemiciclo votaron en contra de McCarthy, la mayoría de los que se opusieron a él integran el Freedom Caucus.
Esa coincidencia atrajo la atención sobre ese colectivo de legisladores y su papel en el Congreso, señaló un artículo publicado en el sitio de internet FiveThirtyEight.
A pesar de ser minoría en la Cámara Baja, han luchado repetidamente por encima de sus posibilidades hasta lograr un verdadero cambio en ese órgano del legislativo, apuntó el escrito.
Las facciones políticas poderosas son tan antiguas como la política estadounidense y, en muchos sentidos, el Freedom Caucus no es más que una continuación de esa tradición, recordó.
Pero en algunos aspectos clave, sus miembros están haciendo algo diferente: votar en bloque, dispuestos a ir en contra de la dirección de su propio partido y a entorpecer el trabajo para imponer su posición, subrayó.
Esas diferencias permitieron al Freedom Caucus ejercer influencia durante la mayor parte de la última década.
Surgido a principios de 2015, el grupo fue diseñado para ser muy selectivo en cuanto a su membresía cerrada y a veces secreta -solo se permitían ultraconservadores- con el fin de servir como lo que John Fleming, uno de sus fundadores, llama el «ancla» del GOP en la Cámara de Representantes.
Sus miembros intentarían remolcar al partido hacia la derecha y, una vez fijada una posición, no se moverían, al tiempo de impulsar dentro de sus objetivos políticos el perturbar y alterar el funcionamiento interno de la Cámara Baja.
Por ello, si se lograba arrebatar al presidente de esa Cámara parte de su poder, la legislación conservadora tendría más posibilidades de ser aprobada, afirmó el artículo.
Los republicanos obtuvieron el control de la Cámara de Representantes con 222 de los 435 escaños en disputa durante las elecciones intermedias del pasado 8 de noviembre, lo cual dificultará todavía más la agenda del presidente Joe Biden en los dos años que le restan en la Casa Blanca.
La otra cámara del Congreso, el Senado, quedó bajo control de los demócratas 51 a 49 los republicanos, pero luego la legisladora por Arizona Kyrsten Sinema se deslindó como independiente.
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