“Sabemos que el azote de los ataques con armas de fuego requiere una acción más enérgica”, señaló el mandatario en un comunicado, e instó al Senado y a la Cámara Baja del Congreso a actuar con rapidez para una normativa que restrinja esos artefactos letales.
“Tomen medidas para mantener seguras las comunidades, escuelas, lugares de trabajo y hogares estadounidenses”, afirmó el gobernante.
Siete personas murieron el lunes y otra resultó herida en dos balaceras relacionadas en la ciudad costera de Half Moon Bay.
Las víctimas fueron encontradas en una granja y en otro lugar agrícola a kilómetros de distancia, y la policía detuvo a un sospechoso de 67 años, informó el diario The Hill.
El pasado fin de semana 11 personas fallecieron y nueve presentaron lesiones en otro tiroteo masivo en la ciudad de Monterey Park, también en California.
Hubo conmoción en ese estado además el 16 de enero, cuando cuatro generaciones de una familia, entre ellos un bebé, fueron ultimadas en una ejecución similar a la de un cártel.
El verano pasado Biden firmó un proyecto de ley bipartidista sobre seguridad de las armas, que refuerza los controles de antecedentes para los compradores de entre 18 y 21 años, pero no establece impedimentos para los rifles de asalto, presentes en los tiroteos más mortíferos de la nación.
La víspera, la senadora Dianne Feinstein y otros demócratas presentaron una prohibición federal de esos dispositivos, así como una legislación para elevar a 21 años la edad mínima para comprar armamento.
Estados Unidos en lo que va de 2023 sufrió 39 tiroteos masivos (aquellos en los que al menos cuatro personas reciben disparos, excluyendo al atacante), 1.56 casos al día, o como promedio un acto de violencia armada cada 24 horas, precisó la organización Gun Violence Archive.
Solo en este enero, dos mil 801 personas perdieron la vida aquí por balas, de ellos 21 niños de hasta 11 años de edad y 99 adolescentes.
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