En la audiencia instalada este jueves en el Complejo Judicial Norte, de Quito, la jueza Melissa Muñoz le anuló la sentencia de seis años de prisión por asociación ilícita en el caso Odebrecht, y solo deberá cumplir la sentencia de ocho años, por cohecho, en el caso Sobornos.
Sin embargo, la magistrada negó la solicitud de “prelibertad” inmediata, algo que también solicitó la defensa del antiguo vicemandatario, quien compareció mediante videoconferencia.
Para Muñoz, el trámite para acceder a ese régimen debe comenzar a partir de ahora que se unificaron las penas.
Para recibir ese beneficio penitenciario, el sentenciado debe cumplir el 40 por ciento de la pena, y según su abogado, Christian Palacios, Glas ya sobrepasó ese porcentaje, pues en octubre de 2022 cumplió cinco años encarcelado.
Palacios aclaró que mientras tanto su defendido se mantendrá libre, ya que está vigente una medida cautelar a su favor.
A fines de 2022, el magistrado Emerson Curipallo de la Unidad Penal de Santo Domingo de los Tsáchilas emitió una medida cautelar que facilitó la libertad provisional de Glas, quien debe presentarse una vez por semana en Guayaquil y tiene prohibida la salida del país.
El político salió en la noche del 28 de noviembre de la Cárcel 4 de Quito, donde lo esperaban decenas de personas entre amigos, activistas y medios de comunicación.
Juristas y activistas por los derechos humanos coinciden en que no existen pruebas para demostrar ninguno de los delitos por los cuales fue encausado.
Glas es considerado el símbolo del “lawfare” (guerra jurídica) en Ecuador, donde la persecución desatada por el gobierno de Lenín Moreno (2017-2021) contra seguidores de las ideas del expresidente Rafael Correa (2007-2017) obligó a muchos de ellos a exiliarse.
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