Mediante un decreto ejecutivo, el mandatario aceptó el pedido del Consejo Nacional Electoral (CNE) de aprobar un día de descanso luego de las votaciones, para las que están convocados más de 13 millones de ecuatorianos.
A pesar de decretar el feriado, el presidente Lasso determinó la recuperación de la jornada en el sector público con una hora de trabajo adicional durante los ocho días siguientes, mientras en negocios privados trabajadores y empleadores deberán acordar la manera de reponer ese tiempo.
Además, el Gobierno dispuso que se deben garantizar los servicios de salud, bomberos, aeropuertos, terminales terrestres y servicios bancarios durante la jornada no laborable.
Está previsto que las actividades operativas, logísticas y humanas desarrolladas por los miembros de las Juntas Receptoras de Voto se prolonguen hasta la madrugada, alrededor de seis horas, de acuerdo con estimaciones del CNE.
En algunas localidades de esta nación andina, donde el voto es obligatorio para los ciudadanos entre 18 y 65 años, las autoridades electorales deberán realizar el escrutinio de hasta ocho papeletas.
El próximo domingo 5 de febrero irán a las urnas para elegir 23 prefectos y viceprefectos, 221 alcaldes, 864 concejales urbanos y 443 rurales, así como cuatro mil 109 vocales de las juntas parroquiales.
También definirán los siete miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) y responderán las ocho preguntas incluidas en el referendo propuesto por el gobierno de Guillermo Lasso, el cual cuenta con el rechazo de diversos sectores, entre ellos indígenas, profesores y estudiantes.
Asimismo, ese día se realizará una consulta popular en la parroquia rural Sevilla Don Bosco de la provincia de Morona Santiago, en la Amazonía, donde los habitantes decidirán si pasan a ser un cantón (municipio).
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