Nichols, un hombre negro de 29 años, fue hospitalizado luego de la golpiza en el momento de su detención en una parada de tráfico el pasado 7 de enero y falleció tres días después a causa de las heridas, hecho que vuelve a colocar en el ojo de la opinión pública el tema de la brutalidad policial en este país.
De acuerdo con las imágenes de la cámara corporal de los policías, uno de ellos aparece atándose una bota mientras la víctima permanece sentada en el suelo esposada y apoyada contra un carro patrullero.
En tanto, un video grabado por una cámara de vigilancia controlada a distancia, instalada en un poste, captó el instante en que los efectivos policiales golpean a Nichols reiteradamente sin provocación visible.
Se observa cómo se desploma y un policía se acerca para levantarlo antes de indicarle que se siente e igualmente se recogió el instante en que los paramédicos llegan a la escena.
Ravaughn Wells, madre de Nichols, pidió paz en las eventuales protestas que podrían desatarse en lo inmediato.
El trágico suceso se produjo en un contexto de mayor escrutinio a la policía, en especial porque sigue vivo en la memoria colectiva el asesinato del también afroamericano George Floyd en Minneapolis (Minnesota) el 25 de mayo de 2020.
Aquel día la policía arrestó a Floyd, de 46 años, cuando un empleado de una tienda llamó a emergencia acusándolo de comprar cigarros con un presunto billete falso de 20 dólares.
Al combinar videos de los transeúntes y cámaras de seguridad, así como revisar documentos oficiales y consultar a expertos, el diario The New York Times reconstruyó los minutos que llevaron al homicidio de Floyd.
Uno de los policías apretó con una de sus rodillas por más de ocho minutos fatales el cuello de la víctima y su grito de “I can’t breathe» (no puedo respirar) alentó la oleada de manifestaciones en Estados Unidos y alrededor del mundo en contra del racismo y la brutalidad policial.
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