La conversación se dio de forma telefónica y se refirió concretamente a la primera Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Marruecos en ocho años, según explicó el Palacio de la Moncloa.
Si bien está programada desde este miércoles, la RAN, en realidad, se efectuará mañana en la ciudad de Rabat “ contribuyendo así a consolidar la nueva etapa en las relaciones entre Marruecos y España”.
Al mismo tiempo, la Moncloa adelantó que Sánchez aceptó una invitación del soberano marroquí para realizar próximamente una visita oficial a Rabat, cuando trascendió que en estos momentos Mohamed VI está fuera del país norafricano.
Desde la capital de la nación magrebí, se supo que el rey de Marruecos se congratuló por la plática telefónica con Sánchez, dentro de la nueva fase de los nexos bilaterales a partir de la visita del jefe del Ejecutivo español el pasado 7 de abril.
El tema migratorio y los flujos de cooperación económico-comercial, son los asuntos en los que la administración de Sánchez pondrá mayor énfasis en la RAN.
En cualquier caso, no han cesado las críticas por su cambio de postura respecto al Sáhara Occidental, algo que fue fustigado en el recién finalizado XVI Congreso del Frente Polisario, realizado en el campamento de refugiados de Dajla.
En contravía, justamente la cita al más alto nivel en Rabat, consolidará el alineamiento del Gobierno de Sánchez en contra de la aspiración del pueblo saharaui al derecho a su autodeterminación, independencia y soberanía.
Precisamente, el acercamiento de Madrid con Rabat enturbió la relación de España con Argelia, otrora socio estratégico en el comercio y especialmente en el suministro de gas.
De todas formas, la RAN es posible por el anuncio de Sánchez de que España considera el plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara como ‘la base más sólida, creíble y realista’ para solucionar, un enunciado muy similar al hecho en el pasado por Donald Trump.
En el cónclave de Dajla el reelegido líder del Polisario, Brahim Gali, no escatimó en descalificar a Sánchez y a España con esa postura, y reiteró que el único camino del pueblo saharaui es continuar con la lucha armada. Una crisis con Marruecos derivó en este cambio de postura cuando Gali ingresó a España por razones humanitarias al padecer Covid-19 y lo hizo de forma irregular.
Rabat no sólo retiró a su embajador, sino que abrió las puertas a una llegada masiva de migrantes irregulares a Ceuta, España, sin impedirlo las fuerzas de seguridad de la nación magrebí.
Tres ministros del Gobierno español, en la órbita de Unidas Podemos, declinaron asistir a la RAN de Rabat, la vicepresidenta segunda y titular de Trabajo, Yolanda Díaz; la de Derechos Sociales, Ione Belarra; y el jefe de la cartera de Consumo, Alberto Garzón.
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