En el sondeo de la Universidad de Monmouth, solo 16 de cada 100 entrevistados dijeron que Washington tiene un efecto más positivo.
Aproximadamente la mitad del público (51 por ciento) mencionó que los problemas de la administración son debidos a que los funcionarios electos no están dispuestos a llegar a acuerdos.
En tanto, el 42 por ciento refirió que las autoridades parecen tener poca voluntad de defender sus principios.
También apenas cuatro de cada 10 norteamericanos consideran que el estado de la Unión es fuerte, lo que implica un descenso respecto a la mayoría que opinaba así hace cinco años.
Para el director del Instituto de Encuestas de la Universidad de Monmouth, Patrick Murray, “la fe fundamental en el sistema estadounidense sigue erosionándose, incluso si se tiene en cuenta el hecho de que las opiniones partidistas cambian en función de quién ocupe la Casa Blanca”.
El sondeo reveló asimismo que solo el 24 por ciento de los norteamericanos cree que el país va en la dirección correcta, mientras que 73 de cada 100 indicaron que las cosas andan por mal camino.
De acuerdo con el rastreo, el indicador sobre el impacto negativo del Gobierno federal en la vida de la gente subió en comparación con el 50 por ciento registrado en junio de 2015.
“Washington no es visto como una fuerza del bien (…) La cuestión es si el país en general puede superar la falta de confianza que impregna nuestro clima político actual”, acotó Murray.
Mañana Joe Biden pronunciará su discurso anual sobre el Estado de Unión ante un Congreso más dividido, luego de que los republicanos tomaran el control de la Cámara de Representantes tras las elecciones parlamentarias del pasado 8 de noviembre.
En su alocución probablemente el presidente referirá los logros de su administración, en momentos en que los legisladores debaten sobre el denominado techo de la deuda, el tope de dinero que el Gobierno federal está autorizado a pedir prestado a través de valores del Tesoro para cumplir con sus obligaciones financieras.
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