Justo antes de comenzar a hablar en horario de máxima audiencia, el mandatario dio la mano al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, con quien ya inició conversaciones la semana pasada sobre la urgencia legislativa del momento, aumentar el techo de la deuda nacional.
Precisamente, sus primeras palabras fueron referidas a las “posibilidades” de negociación y el llamado al Congreso para encontrar el “consenso”.
Durante más de una hora, Biden promocionó los logros de su administración y de los demócratas en el último año, utilizando el discurso como plataforma de lanzamiento –aún sin fecha definida- para su candidatura a la reelección en 2024.
Como era de esperar alabó el tema de infraestructuras y presentó un plan para utilizar en los proyectos federales solo materiales de construcción fabricados en Estados Unidos.
Por supuesto, trató de atraer a los republicanos al pedirles que trabajen con él durante los próximos dos años, una cuestión, sin dudas, difícil, porque, de hecho, fue a ratos abucheado por los adversarios políticos e incluso tuvo un fuerte intercambio en el plenario sobre el Medicare y Seguridad Social.
También se atribuyó el que durante su gobierno (enero de 2021-presente) se crearon “12 millones de empleos nuevos, más empleos en dos años que los que cualquier otro presidente ha creado jamás en cuatro años”.
Sin embargo, quedó fuera del análisis de que asumió el cargo en un contexto complejo derivado de la pandemia de la Covid-19, emergencia sanitaria que provocó en Estados Unidos la eliminación de casi 22 millones de puestos laborales solo en dos meses, entre marzo y abril de 2020.
La recuperación del mercado laboral comenzó incluso bajo la presidencia de Donald Trump (2017-2021), “pero aún quedaba un vacío sin precedentes por llenar cuando Biden llegó a la Casa Blanca”, según consideraciones de medios locales.
Durante su discurso aludió además a su decisión de derribar un globo no tripulado chino para investigaciones meteorológicas que entró de forma accidental en el espacio aéreo estadounidense, una cuestión que añadió otro elemento de tensión entre Washington y Beijing.
jha/dfm