En entrevista exclusiva con Prensa Latina, comentó que las recientes denuncias por corrupción que envuelven al gobierno, el abandono del Estado a la población más vulnerable y necesitada, así como las mentiras recurrentes de Lasso, entre otros factores, influyeron en el revés electoral.
Ya se escuchan voces, incluyendo la de un asambleísta aliado al gobierno nacional, que piden convocar la llamada muerte cruzada, con la cual se disolvería la Asamblea Nacional (parlamento) y se adelantarían las elecciones presidenciales, manifestó Rabascall.
En su opinión, ese “voto de castigo” que tuvo el gobierno por haber abandonado la ciudadanía lo deja sin espacio de gobernabilidad, es decir, sin cualquier posibilidad de llegar a acuerdos democráticos.
El presidente incumple sus promesas no porque no puede, sino por falta de voluntad, y ahora nadie le cree, afirmó el excandidato, quien acotó que esa credibilidad tan baja del actual jefe del Ejecutivo ronda del ocho al 10 por ciento.
Con esos niveles de aceptación es imposible que pueda recuperarse y consiga gobernar, porque a eso se suman la burbuja y el estado de negación en el que vive, su soberbia y prepotencia, afirmó el político y periodista.
Manifestó su escepticismo sobre la posibilidad de que el mandatario pueda llegar a 2025, pues al revés en las urnas se añade el ingrediente de las acusaciones de corrupción que envuelven al gobierno y a personas cercanas al presidente.
En su diálogo con esta agencia, Rabascall profundizó en el contexto en el que tuvieron lugar estos comicios en los cuales gran parte de los ecuatorianos, además de rechazar el referendo, optaron por votar a favor de fuerzas políticas progresistas, como la Revolución Ciudadana (RC), para los cargos locales.
Estamos viviendo con unos niveles de inseguridad nunca antes vistos y la población está atemorizada, con miedo que le roben en la calle o que los asesinen, lamentó.
Además, -añadió- las actuales autoridades nacionales han precarizado la educación, la salud pública, no solo que disminuyeron presupuestos sino que se debilitaron la institucionalidad y la gestión de dichos sectores clave.
A criterio de Rabascall todo eso le pasó factura al Gobierno en una consulta popular diseñada básicamente para manipular el pensamiento del elector, porque las preguntas no estaban destinadas a solucionar los problemas.
Criticó la postura de Lasso de llamar “narcotraficantes” y “antipatria” a quienes estuvieran en contra de su propuesta de cambiar la Constitución en aspectos como la extradición, la autonomía de la Fiscalía, reducción de asambleístas y movimientos políticos, entre otras cuestiones.
De esa forma, subrayó Rabascall, el mandatario atentó contra la libertad de pensamiento, de expresión y contra otro derecho fundamental de los seres humanos que es la libertad de decidir, algo que comparó con la Alemania fascista de inicios de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
A juicio del político, en estos comicios los ecuatorianos enviaron un mensaje al Gobierno y a la derecha al rechazar el modelo neoliberal, que ve a la economía como ingresos y egresos, ganancias y pérdidas, para hacer crecer la reservas, mientras el pueblo muere de hambre, sin salud, ni educación.
También hubo un mensaje al progresismo por parte del electorado, advirtió el analista, para quien la población depositó nuevamente la confianza en fuerzas como la RC porque ya probaron y pudieron construir un Estado social donde creció una economía redistributiva.
La RC cuando fue gobierno demostró que tiene “visión de desarrollo” y “planificación para el desarrollo”, recordó.
Por eso sugirió a los ganadores tomar los resultados con humildad y modestia, no como un triunfo, sino como una concesión para poder transformar las estructuras caducas de un país, lo cual lleva tiempo para hacer cambios sostenibles en el tiempo.
Para quien ya fue aspirante a la vicepresidencia del país, el progresismo tiene como reto ganarse la confianza del pueblo para luego en el 2025, o quizás antes, triunfar en elecciones presidenciales y ampliar el modelo de base social.
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