Sturgeon, quien también dejó atrás su liderazgo al frente del Partido Nacional de Escocia (SNP), fuerza ahora una elección en la jefatura de esa organización por primera vez en 20 años, después que asumió su dirección al convertirse en diputada en 2004.
La política de 52 años, al parecer, cedió ante las presiones y el desencuentro con el Tribunal Supremo en los intentos por repetir un referendo sobre la soberanía de la mencionada región y ante un escándalo vinculado a los derechos de los transgéneros.
El intenso melodrama social creado en torno a su persona, la llevó a pensar que, como mismo afirmó la política, era «el momento adecuado para irse», señala el diario The Guardian.
La dirigente escocesa, que fue coronada al frente del SNP en 2014 sin ningún tipo de rivalidad, abandona ahora el cargo y deja tras de sí muchas preguntas sin contestar, estima la televisión capitalina.
Sturgeon consideró poco apropiado mantenerse al frente de la dirección de su partido, cuando ya tenía planes de dimitir, sobre todo, si se tiene en cuenta que en marzo próximo, esa organización debía decidir su estrategia para la campaña por la independencia.
En ello también pareció incidir los paros que llevaron al cierre de casi todas las escuelas en Escocia, la huelga de enfermeras o la investigación policial sobre un supuesto préstamo a su esposo de 107 mil libras esterlinas (89 mil 166 dólares), vinculadas al SNP.
La renuncia parece, sin embargo, tocar el tema esencial de una posible repetición de un referendo de soberanía, después del fracaso del SI en el efectuado el 18 de septiembre de 2014, cuando obtuvo el 44,7 por ciento de los votos, frente al 55,3 del NO.
En la decisión de la primera ministra escocesa primaron las razones vinculadas a la conferencia del SNP, prevista para el 19 de marzo venidero, en Edimburgo, donde se deben trazar estrategias sobre la consulta, pese a una decisión contraria del Tribunal Supremo.
La mencionada corte rechazó la posibilidad de que el parlamento escocés se pronuncie por efectuar un segundo plebiscito, sin la aprobación del gobierno británico.
Pero la jefatura del SNP podría proponer el uso de las próximas elecciones generales en el Reino Unido (formado por Inglaterra, Gales Escocia e Irlanda del Norte) para realizar en la práctica una consulta popular sobre la independencia.
Otra variante sería la de aprovechar el proceso electoral en Escocia para realizar un proxy referendo de independencia, comenta The Guardian.
Todas esas decisiones estarán en manos de la dirección del SNP que asuma el próximo mes, algo que Sturgeon pareció evitar, después de estar en la política activa por 20 años, estiman analistas.
Cabe preguntarse ahora si la salida de la jefatura de Escocia de una de sus políticas más populares podría significar una paso atrás en los esfuerzos reales de quienes claman allí por la independencia y por el regreso de este reino a la Unión Europea.
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