Malcolm siempre situó estas cuestiones en un contexto más amplio, y creo que en la actualidad podemos aprender mucho de ese legado, afirmó Davis, profesora del Departamento de Historia de la Conciencia en la Universidad de California en Santa Cruz.
En una entrevista concedida al medio alternativo Democracy Now, la también escritora de alrededor de una decena de libros destacó la profundidad del pensamiento de quien calificó de militante revolucionario.
Además, se refirió a las recientes medidas del gobernador de Florida, Ron DeSantis para restringir la enseñanza de la historia afroamericana, las que definió como un esfuerzo por «hacer retroceder el reloj» en el progreso racial.
Davis pronunciará este martes el discurso de apertura en el Shabazz Center de Nueva York, antiguo Audubon Ballroom, donde el emblemático líder afroamericano fue asesinado el 21 de febrero de 1965.
Aunque algunos medios corporativos de Estados Unidos se hayan negado a admitirlo, El-Hajj Malik El-Shabazz, como igualmente se le conoció, fue una de las mayores y más influyentes figuras en la historia de mi país, dijo a Prensa Latina la doctora Rosemarie Mealy.
En ocasión del aniversario 57 del homicidio (el pasado año) la autora del libro Fidel y Malcolm X, Memorias de un encuentro (Black Classic Press/Letras Cubanas) afirmó que las enseñanzas del activista por los derechos civiles “son como herramientas de liberación”.
Nacido en Omaha, Nebraska, el 19 de mayo de 1925, su nombre de pila fue Malcolm Little, que cambió más adelante por la X que lo identificó, con la cual aludía al apellido desconocido de los esclavos de los que descendía.
Justo aquel 21 de febrero, en el Audubon Ballroom de Manhattan, Malcolm X hablaba en una reunión de la Organización de la Unidad Afro-Americana, cuando le dispararon al pecho en al menos 16 ocasiones.
Pese a las diferentes versiones acerca de dónde vino la orden para eliminarlo, en la oficina de Planes de la CIA, la división comprometida en el derrocamiento y asesinato de diversos gobernantes del Tercer Mundo, ya estaban inquietos por Malcolm X y espiaron sus actividades hasta el mismo día de su muerte, de acuerdo con reseñas históricas.
En los últimos años salieron a la luz nuevas evidencias del crimen contra el orador, ministro y activista de los derechos civiles, que apuntaron a la policía de Nueva York y el FBI.
rgh/dfm