Durante una sesión solemne por la efeméride, el presidente del parlamento, Gustavo Porras, destacó la vigencia del legado de Sandino, líder de la resistencia contra la ocupación estadounidense en las primeras décadas del siglo XX en Nicaragua.
El parlamentario señaló que quienes asesinaron al general no sabían lo que hacían, pues con su muerte se sembraron las bases de una Nicaragua bendita y siempre libre.
“El General les hablaba a todos los nicaragüenses sin distinción, claro está que todo nicaragüense para ser nicaragüense debe tener una posición digna, honrada y honorable frente al yanqui invasor”, expresó.
Porras afirmó que no puede haber Nicaragua sin Sandino y recordó que su espiritualidad se fortalece cuando siendo un adolescente, vio pasar en una carreta el cuerpo sin vida del General Benjamín Zeledón asesinado por los invasores estadounidenses.
Luego de la sesión en el Legislativo, diputados de la bancada sandinista, el canciller Denis Moncada, miembros del Parlamento Centroamericano por Nicaragua, entre otros invitados, depositaron flores ante el monumento a los generales en esta capital.
Apuntes históricos refieren que el 21 de febrero de 1934, Sandino fue apresado y asesinado junto a sus lugartenientes generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor, tras asistir a una cena invitados por el entonces presidente Juan Bautista Sacasa en el Palacio Presidencial, ubicado en la Loma de Tiscapa.
El entonces director de la Guardia Nacional, Anastasio Somoza García, planeó el asesinato del general en contubernio con la embajada de Estados Unidos aquí y con la firma de un documento con 14 miembros de ese cuerpo militar.
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