Extraído de la planta del Xiquilite (Jiquilite), el producto de color azul es conocido desde la etapa de la civilización maya cuando era usado en rituales, para decorar cerámicas y pintar.
El colorante natural, que se extrae mediante un proceso artesanal, destaca en la historia como el oro azul que tiñó de elegancia al mundo entero y fue fundamental en las exportaciones durante la etapa colonial, como fuente de ingresos principal que cedió su lugar al café.
La aprobación fue un reconocimiento a los que hacen del producto algo esencial en las tradiciones y el comercio de la nación, como en Chalatenango, donde se celebra todos los 1 de noviembre una feria para destacar el uso y la elaboración del colorante
El diputado Reynaldo Carballo, del Partido Demócrata Cristiano, y miembro de la Comisión de Cultura de la Asamblea, sostuvo que el tinte fue uno de los primeros productos de exportación del país, pero perdió reconocimiento debido a la llegada de los colorantes artificiales.
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