El estudio publicado en el Journal of Internal Medicine aclara que dicha asociación estaba establecida, pero ahora fue demostrado que el peso corporal durante la niñez y la adolescencia influyen en los trombos posteriores.
Los trombos suelen aparecer en las piernas, a menudo en un vaso sanguíneo de la pantorrilla. Los síntomas habituales son hinchazón, dolor y enrojecimiento.
Tratados a tiempo, los coágulos rara vez son peligrosos. Sin embargo, si uno se desprende, es transportado a los pulmones por el torrente sanguíneo y se adhiere a la pared del vaso y es cuando se produce una embolia pulmonar capaz de poner en peligro la vida del paciente.
La investigación aclaró que el sobrepeso tanto en la infancia como en la edad adulta temprana aumentaba el riesgo de trombos arteriales, es decir, coágulos resultantes de la constricción de los vasos sanguíneos con depósitos de grasa e inflamación.
Un trombo es un coágulo de sangre que se produce en el interior de un vaso sanguíneo y que dificulta o impide la circulación.
«Pueden producirse tanto en las arterias, que llevan la circulación desde el corazón hasta los diferentes órganos, como en las venas, que conducen la sangre de retorno desde los órganos hacia el corazón», precisa la literatura médica.
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