Por medio de su cuenta oficial en Twitter, la compañía señaló que entrega actualmente millones de galones por hora a los mercados que atiende, incluidos Texas, Luisiana, Mississippi, Alabama, Tennessee, Georgia, Carolina del Sur y del Norte, Virginia, Maryland, Delaware, Pensilvania, Nueva Jersey y Washington.
Aún así, diversos medios de prensa reportan que se mantiene la escasez de combustible en algunos de esos sitios debido, en gran medida, a las compras de pánico.
El pasado miércoles se produjo el reinicio de las operaciones del principal oleoducto estadounidense, pero la firma advirtió que tomará varios días antes de que las cadenas de suministro vuelvan a la normalidad.
La compañía entrega aproximadamente 100 millones de galones de combustible por día y alrededor de 36 mil millones de galones por año a los mercados a los cuales sirve.
El cierre del oleoducto ocurrió luego de que un ciberataque la semana pasada paralizara su infraestructura energética.
La violación de los parámetros de seguridad informática obligó a la empresa a cerrar cinco mil 500 millas de tuberías para impedir el acceso a su tecnología operativa, reportó el diario The Hill, en su sitio digital.
De acuerdo con el FBI, el grupo de ‘hackers’ DarkSide, con sede en Europa del Este, estaba detrás del ataque, aunque otras fuentes opinan que pudiera estar operando desde territorio estadounidense.
Si bien el Oleoducto Colonial indicó que no tenía planes de pagar el rescate que exigían los piratas informáticos, Bloomberg News informó que la compañía sí desembolsó cerca de cinco millones de dólares.
Por su parte, la Casa Blanca se negó a confirmar ningún pago y llamó a mantener la calma entre los consumidores y detener las compras de pánico.
Según The Hill, ese incidente también ejerce presión sobre el presidente estadounidense, Joe Biden, para que apoye una mayor financiación e iniciativas en torno a la protección de los sistemas críticos contra los ciberataques, tema fuera de su propuesta de infraestructura inicial.
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