Biden viajará el martes a esa urbe del sur de California, escenario el pasado 21 de enero de la matanza de 11 personas en un estudio de baile.
La vista forma parte de una gira por la Costa Oeste que comenzará el lunes en San Diego, donde se reunirá con los primeros ministros británico, Rishi Sunak, y el australiano, Anthony Albanese, y terminará en Nevada, según un funcionario no identificado de la Casa Blanca, citado por el diario The New York Times.
De acuerdo con la fuente, Biden tiene previsto ir al lugar de la tragedia o encontrarse con Brandon Tsay, el joven que enfrentó al atacante y que asistió como invitado al discurso sobre el Estado de la Unión pronunciado por el mandatario demócrata en febrero, en el cual pidió la prohibición de las armas de asalto.
Recordó el periódico que Biden ha solicitado de forma repetida esa prohibición en recientes apariciones públicas, destacando no solo el problema, sino también los límites de su poder para hacer algo al respecto.
Incluso con mayorías en ambas cámaras del Congreso durante los dos primeros años en el cargo, los demócratas fueron incapaces de aprobar una restricción en ese sentido; sin embargo, cualquier esfuerzo ahora casi seguro moriría en la Cámara de Representantes controlada por los republicanos, lo que deja al presidente con pocas opciones.
«Volveremos a prohibir las armas de asalto contra viento y marea», afirmó el gobernante a sus correligionarios la semana pasada en Baltimore.
Como senador, Biden negoció en 1994 una prohibición de 10 años de las armas de asalto como parte de un proyecto de ley más amplio sobre la delincuencia, que provocó en su momento un descenso temporal de los delitos con esos artefactos y de los tiroteos contra policías, reveló un estudio del Departamento de Justicia (DOJ).
Esa iniciativa bloqueaba la venta de 19 armas con características utilizadas por el ejército de Estados Unidos y contó con la oposición de los republicanos, así como de la Asociación Nacional del Rifle.
El verano pasado, el Congreso aprobó un proyecto de ley bipartidista que reforzaba la comprobación de antecedentes de los posibles compradores de armas menores de 21 años.
También el DOJ anunció un programa de 200 millones de dólares para financiar programas estatales, en un esfuerzo por reducir la violencia armada que, a criterio del ocupante del Despacho Oval es la epidemia que desangra al país.
Esta semana, el rastreador Gun Violence Archive advirtió que Estados Unidos superó en lo que va de año el centenar de tiroteos masivos, definidos por el grupo de investigación como aquellos en los que al menos cuatro personas resultaron muertas o heridas.
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