Este martes en horas del medio día más de 30 vehículos fueron afectados por una rastra sin frenos en un tramo de 500 metros del bulevar de Los Próceres, una de las vías más transitadas en una ciudad, donde muchos choferes consideran que el tráfico es infernal, en especial en horas de la mañana y en las tardes.
Un informe del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) señaló que 33 carros estuvieron involucrados en el choque en esa vía donde a veces la marcha es lenta y casi defensa con defensa.
Los informes preliminares del accidente, destacado en los principales espacios noticiosos, reportaron un fallecido, dos pacientes graves, tres con traumas múltiples y 14 con heridas leves, quienes fueron atendidos en el lugar.
Un video de cámaras de vigilancia mostró cuando la rastra que provocó el siniestro comienza a perder el control y a chocar contra los vehículos que circulaban en esa vía para dejar una estela de destrucción.
Este siniestro múltiple y sus secuelas traen a colación nuevamente el problema del tráfico que, pese a la existencia de vías rápidas para acceder a esta urbe, se hace en extremo complejo a cualquier hora del día.
Estadísticas recopiladas por las autoridades indican que los salvadoreños que viven en municipios periféricos y en departamentos fuera de San Salvador permanecen en la vía hasta dos horas para llegar a su trabajo o acceder a lugares en la ciudad.
Un reportaje sobre el problema del diario El Mundo precisó que los que viajan en el transporte colectivo aseguran que también deben salir de sus hogares en la madrugada, a fin de llegar a sus destinos en tiempos “aceptables”.
Rutas como el bulevar del Ejército, entre Soyapango y San Salvador, están entre cuatro entradas a la capital en las que el pesado tráfico consume dos horas y más para llevar el centro.
Una persona que vive a escasos ocho kilómetros del mercado central capitalino, donde labora, dijo que ese corto tramo lo recorre en dos horas todos los días, cuando en un día sin tráfico lo hace en media hora, pese a que hay vías rápidas y buenas autopistas.
Para los salvadoreños es un suplicio llegar a su trabajo, no por la falta de transporte, sino por el exceso de automotores que circulan, lo que hace que la cola comience antes del amanecer.
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