En realidad, la presión mediática aumentó desde que estalló hace casi un mes el escándalo en torno los pagos millonarios al exvicepresidente del Comité Técnico de Arbitraje (CTA) de España, José María Enriquez Negreira, por parte del Barcelona Fútbol Club.
Con pausa en LaLiga por los partidos de la selección nacional en las eliminatorias de la Eurocopa, las miradas se volcán ahora con más fuerza en una cuestión que cada día ofrece más aristas.
La animadversión entre el presidente de LaLiga, Javier Tebas, y el mandamás de los azulgranas, Joan Laporte, se ha exacerbado con cruce de sables muy afilados.
Anoche, en el popular programa El Chiringuito de Jugones, Tebas consideró que si bien por reglamentos internos españoles los hechos ya prescribieron, la UEFA puede tomar cartas en el asunto y aplicar sanciones al Barça.
En añadido, el diario catalán El Mundo publica hoy informaciones que señalan los regalos ofrecidos por Negreira -que cobró casi siete millones de euros del club culé-, a los árbitros en su momento, consistentes en mil 500 tarjetas rojas y amarillas personalizadas, monedas de sorteo de campo, entradas, jamones o sandwicheras.
Según el reporte, amparado por fotocopias de facturas, el exvicepresidente de los árbitro intentó colocar los obsequios a los colegiados como gastos de empresa.
De momento, Laporta se mantiene en sus trece, repitiendo que se trata de una cacería de brujas contra el Barcelona FC y que desmontará la campaña con todos los elementos probatorios de la inocencia de la escuadra, algo difícilmente sostenible.
El Real Madrid se sumó al proceso judicial, como el Consejo Superior del Deporte (CSD) y la Real Federación de Fútbol de España.
Algo sí está demostrado, los pagos millonarios a Negreira con sospechosos fines, por lo cual la Fiscalía de Barcelona acusó al club de presunta corrupción, administración fraudulenta y falsificación de documentos. Un juzgado deberá admitir si procede con la denuncia.
Según la denuncia de la Fiscalía, presentada ante el Juzgado de Instrucción 1 de Barcelona, los atestados apuntan, además de dos expresidentes del equipo, Rosell y Bartomeu, a Negreira y los exdirectivos del plantel Óscar Grau y Albert Soler.
Los supuestos delitos son de corrupción entre particulares en el ámbito deportivo, administración desleal y falsedad documental.
El caso sigue siendo comparado con el caso de la Juventus de Turín, que debió renunciar a ingresos y títulos por malas prácticas que a todas luces favorecieron su racha triunfadora en el Calcio italiano.
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