La visita del presidente del gigante asiático, Xi Jinping, a Moscú del 20 al 22 de marzo, y los diálogos con su homólogo ruso Vladimir Putin, condujeron a los recientes acuerdos con los cuales buscan afianzar un desarrollo continuo gracias a los esfuerzos de ambas partes.
Los documentos refieren que Moscú y Beijing no pretenden con el fortalecimiento de sus vínculos crear un bloque de confrontación, «ni están dirigidos contra terceros países».
Asimismo, las declaraciones «no están sujetas a influencias externas y demuestran vitalidad y energía positiva»; además, constatan que los intentos de sustituir los principios y normas generalmente aceptados del derecho internacional por un orden basado en reglas, como pretende imponer el Occidente colectivo, «son inaceptables».
Emitieron la Declaración Conjunta sobre la Profundización de la Asociación Integral y la Cooperación Estratégica Entrando en una Nueva Era, y la Declaración Conjunta sobre el Plan de Desarrollo para Áreas Clave de la Economía Ruso-China hasta 2030.
Estos documentos tienen entre sus principales objetivos prestar un firme apoyo a los intereses fundamentales de la otra parte, especialmente soberanía, integridad territorial, seguridad y desarrollo.
“Profundizar y ampliar continuamente la cooperación práctica en el proceso de modernización para la prosperidad, promover la comprensión mutua y el acercamiento entre los pueblos, y fortalecer sin cesar la base social y cívica de la amistad intergeneracional”, rezan como otras de las directrices de los textos.
Igualmente, ambos Gobiernos apuestan por impulsar un orden mundial multipolar, la globalización económica y la democratización de las relaciones internacionales, además de fomentar el desarrollo de la gobernanza mundial de manera más equitativa y racional.
ALEJADOS DE UNA DEMOCRACIA SUPREMA
En sus declaraciones a la prensa tras las conversaciones oficiales, Putin y Xi confirmaron que cada Estado posee sus propias características históricas, culturales y nacionales, y que «tiene el derecho a elegir su propio camino de desarrollo», sin la necesidad de una «democracia suprema».
En ese sentido, el mandatario ruso insistió en que Moscú y Beijing se oponen a que un Estado imponga a otro sus valores, trace líneas ideológicas, cree una falsa narrativa sobre la supuesta oposición entre democracias y autocracias, y utilice la democracia y la libertad como pretextos e instrumentos políticos para ejercer presión sobre otros.
Al respecto, Putin destacó que su Gobierno concede «gran importancia» y estudiará la Iniciativa de Civilización Global china.
Reafirmó el compromiso de Moscú con el principio de «una sola China», al reconocer que Taiwán es parte integrante de la nación asiática, al tiempo de declarar que «se opone a la independencia de la isla en cualquiera de sus formas», apoyando firmemente las acciones de Beijing para proteger su soberanía estatal e integridad territorial.
ASOCIACIÓN ECONÓMICA, PIEDRA ANGULAR
La consolidación de la cooperación mutuamente beneficiosa en el sector financiero marca la ruta de los dos países frente a la guerra de sanciones impuesta arbitrariamente por la administración de Estados Unidos y sus aliados de Europa.
Para alcanzar las metas propuestas de cara al 2030, las autoridades de las dos potencias garantizarán la fluidez de los pagos entre sus entidades mediante un mayor uso de las monedas nacionales en el comercio bilateral, las inversiones, los préstamos y otras transacciones comerciales y económicas.
El presidente del banco ruso VTB, Andrey Kostin, miembro del equipo negociador, detalló en entrevista con la prensa que la economía de su país demostró que seguirá resistiendo los embates de las acciones hostiles incluso con la ayuda de los socios y, en primer lugar, de China.
“Tenemos muchas expectativas, particularmente dadas las circunstancias. Creo que deberíamos apuntar a que el nivel de nuestro comercio alcanzase alrededor de 500 mil millones de dólares”, añadió.
Kostin abogó por diversificar los vínculos con Beijing, los cuales se centran mayormente en el área energética, pero que se pueden expandir a otros sectores como la agricultura, la química y el turismo.
“Damos la bienvenida a los turistas chinos, y también esperamos más productos de China, tanto de alta tecnología, los cuales servirán para reemplazar la tecnología occidental que recibimos, como productos de consumo”, concluyó.
Al cierre de las negociaciones, en las cuales acordaron 10 documentos rectores además de las declaraciones, Moscú y Beijing se propusieron llevar a cabo una «asociación energética aún más estrecha» en aras de apoyar a sus empresas en la ejecución de proyectos de cooperación en los sectores de petróleo, gas, carbón, electricidad, energía nuclear y otros.
También acordaron proteger en conjunto la seguridad energética internacional, incluidas las infraestructuras transfronterizas críticas, la estabilidad de la producción de energía y las cadenas de suministro. Asimismo, promoverán transiciones energéticas justas a nivel global.
DIÁLOGO IGUAL A PAZ EN UCRANIA Otra de las temáticas profundamente abordadas por Putin y Xi fue la búsqueda de una solución al conflicto ruso-ucraniano, tema en el que ambos coincidieron en la necesidad del diálogo como principal vía hacia la paz.
Abogaron por el cumplimiento de los objetivos y los principios de la Carta de la ONU, así como por el respeto al derecho internacional.
El líder chino recordó que en febrero publicaron su posición sobre una solución política a la crisis de Ucrania, basada en una postura objetiva e imparcial, y en la cual promueven activamente la reconciliación y la restauración de las negociaciones. “Nuestra posición se basa en la esencia misma del problema y la verdad. Siempre estamos por la paz y el diálogo, estamos firmemente en el lado correcto de la historia”, enfatizó Xi.
Putin manifestó que muchos de los preceptos del plan de paz de China están en consonancia con los enfoques rusos y pueden tomarse como base para un arreglo pacífico cuando estén listos para ello en Occidente y en Kiev. “Sin embargo, hasta ahora no hemos observado tal disposición”, añadió.
«Para resolver la crisis ucraniana, es necesario respetar las preocupaciones legítimas de todos los países en el ámbito de seguridad y prevenir la formación de enfrentamiento entre bloques, así como poner fin a acciones que contribuyen a la escalada del conflicto”, refiere la declaración firmada por las partes.
Frente a la incesante entrega de armamentos al régimen de Kiev, y las provocaciones para la utilización de arsenal nuclear aupadas por Washington, Londres y otros aliados, ambos presidentes reafirmaron que «no habrá vencedores en una guerra nuclear» y que «nunca debe desencadenarse una carrera armamentista».
Los líderes de China y Rusia también expresaron su preocupación por la «intensificación de los esfuerzos globales de defensa antimisiles de Estados Unidos» y el despliegue de sus elementos en diversas regiones del mundo, junto con el desarrollo de capacidades de armas no nucleares de alta precisión para el desarme y otros usos estratégicos.
Acordaron solicitar al Gobierno estadounidense que deje de socavar la seguridad internacional y regional, y la estabilidad estratégica global, para asegurar ventaja militar unilateral.
La similitud de ideas, el entendimiento, la comunicación y la confianza demostrados en la reciente cumbre entre los presidentes de Rusia y China, demuestran que las relaciones bilaterales alcanzaron un nivel sin precedentes.
Y esto en un marco de cooperación integral que involucra comercio, inversión y grandes proyectos en muchos campos, los cuales resisten a prueba de tiempo y también a presiones occidentales.
*Corresponsal en Rusia
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