Los números aportados por el Departamento de Trabajo y Pensiones revelan también que los residentes en el norte de Inglaterra y Escocia recurrieron más a esos servicios y determinaron el aumento en usuarios que reciben beneficios estatales.
Los datos, recopilados de abril de 2021 a marzo de 2022, recogen las visitas a los bancos de alimentos, pero, si bien cubren parte de la pandemia de Covid-19, no reflejan, por ejemplo, las consecuencias negativas de la crisis del precio de la energía, experimentada en esta nación desde abril de 2022.
Tampoco comprende el actual escenario, con la subida exponencial de los precios; la nueva cifra inflacionaria ubicada en 10,4 por ciento, y las huelgas de los representantes del sector público por mejores condiciones laborales y salarios.
A la investigación de la entidad gubernamental sobre la realidad del país europeo hasta comienzos del año último, se añaden las estadísticas aportadas por la organización benéfica contra la pobreza alimentaria Trussell Trust referidas a un aumento en el uso de los bancos de alimentos hasta septiembre de 2022.
En este sentido, las personas con discapacidad y las familias monoparentales requirieron con más frecuencia de este tipo de ayuda, y subió el número de personas en la pobreza, dentro de las cuales más de cuatro millones son niños.
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