La iniciativa es impulsada también por República Democrática del Congo, Gabón y Zambia e insta a los gobiernos a restaurar urgentemente estos ecosistemas, tras perder un tercio de los humedales del mundo y el 83 por ciento de las poblaciones de peces de agua dulce en los últimos 50 años.
Dicha coalición dio a conocer este jueves el Desafío del Agua Dulce para rescatar ríos, lagos y humedales degradados, que son fundamentales para enfrentar el empeoramiento de la crisis mundial del agua, el clima y la naturaleza.
El proyecto tiene como objetivo restaurar para 2030, unos 300 mil kilómetros de ríos, lo que equivale a dar más de siete veces la vuelta a la Tierra, y 350 millones de hectáreas de humedales, una superficie mayor que la de la India.
Durante los últimos 50 años se perdió un tercio de los humedales del mundo, destrucción más rápida que la de los bosques, por lo que se considera que esos afluentes son los ecosistemas más degradados del mundo, con poblaciones de peces al borde del abismo y que ponen en riesgo la seguridad alimentaria de las comunidades.
El Desafío del Agua Dulce establece los marcos adecuados para invertir esa tendencia, en beneficio no sólo de la naturaleza, sino también de las personas de todo el mundo, afirmó el responsable de agua dulce del Fondo Mundial para la Naturaleza, Stuart Orr.
Asimismo, reclama a todos los gobiernos a comprometerse con objetivos claros en sus estrategias nacionales de biodiversidad y planes de implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para restaurar urgentemente las fuentes de agua dulce.
También contribuirá con el Decenio de la ONU para la Restauración de los Ecosistemas, una campaña que reconoce las iniciativas pioneras a nivel mundial que tienen como objetivo recuperar el medio ambiente.
Además tiene en cuenta el Marco Mundial para la Biodiversidad acordado en Montreal en diciembre de 2022, que pretende la restauración del 30 por ciento de las aguas continentales degradadas del mundo.
Junto con el suministro de agua, los afluentes de agua dulce sanos proporcionan grandes bondades a las personas y a la naturaleza, y son fundamentales para mitigar el cambio climático y adaptarse a él.
Sin embargo, expertos de la ONU estiman que para 2050, cinco veces más tierras se enfrentarán a sequías extremas, cinco mil 700 millones de personas vivarán en zonas con escasez de agua y el número de personas en riesgo de inundaciones aumentará a unos mil 600 millones.
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