El trágico acontecimiento ocurrió el 27 de marzo de 1968, cuando Gagarin y su instructor de vuelos, el coronel Vladimir Serioguin, realizaban un vuelo de entrenamiento en un caza de combate Mig-15 UTI.
Según la información oficial dada entonces, la causa del accidente fue un cambio repentino en la dirección del vuelo, que provocó que la nave se fuera en espiral.
Hasta el último minuto ambos pilotos trataron de estabilizar el avión, pero aún así terminó contra el suelo en la región de Novosyolovo, pequeña localidad rural en el asentamiento de Kiprevskoye, en la región de Vladimir, en Rusia.
Yuri Gagarin, el hombre que hizo historia, al ser el primer ser humano en volar al espacio el 12 de abril de 1961, fallecía de la manera más simple con solo 34 años.
Fue precisamente Gagarin, el hijo de una campesina y de un obrero metalúrgico el primer ser humano que vio el planeta tierra desde el espacio exterior.
Sobre su muerte se ha especulado mucho, y los medios de prensa se ceban en culpar a unos y otros por lo que ocurrió, al igual que circulan teorías de conspiraciones, pero la realidad es que Yuri murió haciendo lo que más le gustaba: pilotear aviones.
Pasarán los años, pero su hazaña, irrepetible, por cierto, quedará en la memoria de la humanidad, igual que su eterna sonrisa y sus dos célebres frases dichas durante el vuelo: Payejalí, al despegar, y “La Tierra es azul”, cuando vio a nuestro planeta desde el cosmos.
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