La nave, bautizada Monjasa Reformer, que navega bajo bandera liberiana, fue abordada por los piratas, los cuales aún no han hecho demandas para la liberación de los 16 tripulantes, añadieron los armadores del buque que realizaba labores de reabastecimiento de combustible en la zona.
Por lo general los secuestros de buques mercantes resultan en la exigencia de fuertes sumas en metálico por los raptores que ejecutaron el abordaje, acorde con precisiones de las autoridades del Congo, circuladas en Brazzaville, la capital de ese país.
Los propietarios de la embarcación pidieron la cooperación de las autoridades de la zona y de los barcos que transitan por el área para recabar información.
El secuestro del buque marca el retorno de los piratas al Golfo de Guinea tras una pausa de varios meses y el consiguiente descenso de operaciones similares de las que se responsabiliza a grupos organizados de asaltantes en su mayoría de nacionalidad nigeriana.
Las estadísticas disponibles reflejan que en 2022 fueron registrados 20 ataques piratescos, 30 menos que en 2021 y muy por debajo de los 115 ocurridos en 2020.
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