En Quito, capital ecuatoriana, las actividades comenzarán con la tradicional procesión por el Centro Histórico, desde la Basílica del Voto Nacional hasta la Plaza de San Francisco.
Las autoridades estiman que unas 200 mil personas en la urbe quiteña se unan a la procesión del Jesús del Gran Poder, el principal acto que se realiza el Viernes Santo.
De acuerdo con la jefa de la empresa de promoción turística aquí, Cristina Rivadeneira, se esperan unos 70 mil visitantes nacionales y extranjeros en el feriado del 7 al 9 de abril.
Eso resultará en beneficios económicos de alrededor de cuatro millones de dólares tanto para el municipio como para empresas privadas, calculó Rivadeneira.
La Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) anunció un plan operativo para garantizar la movilidad en la zona donde se realizarán las procesiones.
Entre procesiones y misas resalta la fanesca como plato insignia y tradición gastronómica devenida de tiempos prehispánicos, con un misticismo único por su connotación y sabor.
Este año la Semana Santa coincide con un ambiente convulso en Ecuador debido al proceso de juicio político en la Asamblea Nacional (parlamento) contra el presidente Guillermo Lasso, a la vez que algunas regiones sufren por desastres, como el deslizamiento de tierra en el poblado de Alausí, en la provincia serrana de Chimborazo.
A ello se suma el anuncio del mandatario ecuatoriano la noche de este sábado donde autorizó la tenencia y porte de armas de uso civil para la defensa personal, como parte de medidas de seguridad, según dijo el gobernante.
La decisión fue rechazada por los ecuatorianos, quienes denuncian que el porte de armas para civiles multiplicará los homicidios, estimulará la carrera armamentista entre grupos criminales y facilitará la creación de grupos armados paramilitares financiados por gremios empresariales.
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