Los humanos han criado animales para maximizar rasgos como la amistad, la sociabilidad y un temperamento dócil en un proceso llamado domesticación, citó la publicación NewScientist.
Algunos investigadores creen que los humanos y los bonobos (un tipo de primate) han pasado por un proceso similar, pero que naturalmente lo han hecho ellos mismos.
Limor Raviv, investigadora del Instituto, comentó que el estudio comenzó con los elefantes africanos de sabana (Loxodonta africana), una especie con la que ya estaba familiarizada, y observaron cómo estos se comparaban con los bonobos (Pan paniscus) y los humanos en 20 medidas diferentes.
Descubrieron que las tres especies muestran comportamientos similares y comparten ciertas características físicas.
Al igual que los bonobos y los humanos, los elefantes son sociables, juegan, tienen una larga infancia y cuidan de las crías de los demás miembros de su grupo.
También comparten una mandíbula acortada, un rasgo compartido por muchos animales domésticos, y muestran moderación en la agresión hacia los demás.
Los expertos buscaron puntos en común entre el genoma de los animales domésticos y el de los elefantes salvajes.
Basándose en estudios de 261 mamíferos como ganado, perros, gatos y caballos, construyeron una lista de genes frecuentemente asociados con la domesticación, y luego identificaron 674 genes que tenían una alta probabilidad de ser transmitidos de generaciones anteriores de elefantes.
Hallaron que 79 de esos genes de elefantes africanos estaban asociados con la domesticación en otras especies, lo que fortalece aún más la idea de que desarrollaron estos rasgos sin la intervención directa de las personas.
Esto es significativo, dijo Raviv, porque los elefantes y los humanos no están estrechamente relacionados, lo que sugiere que la domesticación puede evolucionar de manera convergente en múltiples ramas del árbol evolutivo de los mamíferos.
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