El escenario de la tragedia de los titanes de la sabana africana es el parque nacional de Hwange, en Matabeleland (noroeste), el mayor de Zimbabwe, donde los abrevaderos de los paquidermos están yermos por la falta de lluvias que agosta a África meridional.
Mientras, en el el Cuerno de África, las inundaciones por implacables aguaceros destruyen pueblos enteros y arrastran a decenas de personas de las que nunca vyçuelve a saberse.
La cuenta del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (FIBA) cifra en 100 el número de individuos muertos de sed bajo el implacable sol del verano austral mientras las autoridades de Hwange se declaran incapaces de paliar la crisis por falta de equipo para abrir nuevos abrevaderos.
Enfrentados a la crisis los paquidermos zimbabwes emigran hacia la vecina Botswana en búsqueda de alimento y agua.
Pero es posible que esta vez el instinto de los mayores mamíferos terrestres esté errado.
En Botswana las precipitaciones son tan escasas que la población para significar todo lo bueno escogió para su escudo nacional el vocablo “pula” que en lengua setsuana significa lluvia.
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