Ante la Comisión de leyes de la Cámara Baja, el funcionario esgrimió las tensiones con las que lidian policías y gendarmes, la falta de personal y la radicalización de manifestantes a los que acusó de tomar como blanco a las instituciones republicanas y sus representantes.
Las movilizaciones convocadas por los sindicatos contra la reforma de la jubilación y una protesta ecologista en Deux-Sèvres en rechazo a embalses para el riego agrícola centraron la sesión.
Darmanin señaló que la mayoría de las movilizaciones en Francia son pacíficas, pero alegó el accionar violento de sectores de la extrema izquierda, un tema que generó polémica en los últimos días, tras el uso del término terrorismo por el ministro, a quien fustigaron por banalizarlo y criminalizar a opositores políticos.
La situación más compleja se produjo el sábado 25 de marzo en Deux-Sèvres, donde sufrieron heridas decenas de manifestantes y gendarmes, algunos hospitalizados por la gravedad de las lesiones.
La comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, la Liga de los Derechos Humanos y organizaciones no gubernamentales rechazaron el uso excesivo de la fuerza por las autoridades.
Al respecto Darmanin declaró hoy en la Asamblea Nacional que cientos de individuos radicales se dieron cita en el lugar para crear problemas y agredir a los gendarmes, 61 de ellos heridos.
Según el titular, desde el 16 de marzo los servicios de inteligencia aprecian un accionar “fuerte” de personas de extrema izquierda, con más de mil 800 arrestos durante manifestaciones y 299 intentos de ataques contra instituciones públicas.
Fuerzas políticas opositoras y sindicatos denuncian la responsabilidad del Gobierno en la escalada de tensiones en torno a la reforma de la jubilación, al ignorar el rechazo a ese proyecto, adoptado el mes pasado sin voto parlamentario al amparo del artículo 49.3 de la Constitución.
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